MELOMANIAC…
11 marzo, 2018
MELOMANIAC…
¿Cómo puede sobrevivir una banda en las épocas más oscuras?
Vivimos tiempos oscuros, muy oscuros, tiempos donde nuestra cotidianidad se ha visto afectada por una serie de eventos y circunstancias que han golpeado y disminuido nuestra calidad de vida; y para nosotros, los amantes del rock y del metal en todos sus géneros, la música forma parte importante de ésta, de nuestra ideología, de nuestra particular manera de ver nuestra existencia… en tal sentido, para los que aún habitamos en Venezuela, las bandas de nuestro país, son una columna más que imprescindible para mantener viva la llama de una escena, de un movimiento, de ser un eslabón importante que una al público con las melodías, con la energía de los conciertos, es decir, una parte de la cadena que al desprenderse causa una ruptura irreparable.
Es por ello, por el grado de representatividad que consideramos a las bandas musicales en nuestro país y en cualquier otro, que debemos buscar orientar y hacerlas encontrar herramientas de subsistencia para lo que vivimos actualmente y para lo que posiblemente nos depare el futuro inmediato… no todas las bandas venezolanas van a desaparecer, no todos los músicos van o pueden emigrar… para los que aún apuestan a Venezuela (pese a las condiciones más adversas musicalmente hablando que hayamos tenido en años), damos a conocer nuestro punto de vista, de cara a contribuir un poco a mantener lo que aún conserva vida, así sea a un mínimo de ritmo respiratorio.
Con escasas excepciones sabemos todos que no hay conciertos, los hay, claro está, pero reducidos a una mínima expresión. Los eventos (o sería más apropiado decir los “toques”) de inversión privada han sido mermados en significativo porcentaje en cuanto a frecuencia y calidad de producción por razones obvias de tipo económico que ya conocemos. El Estado, por otra parte, y a pesar de toda la crisis, sigue apostando a realizar conciertos, con toda la mega-estructura presupuestaria que ello conlleva, trayendo consigo una buena cantidad de críticas fundamentadas en lo que se consideran otras prioridades del país… lo cierto del caso, es que una u otra alternativa (desprendiéndonos de la connotación política de cada uno y hacia donde te lleve la marea), no están soportando una infraestructura que sea necesaria para dar soporte a nuestra moribunda escena, no representan la cantidad de eventos que son necesarios para la subsistencia de las bandas que aún forman nuestra escena; es simplemente el oxígeno de emergencia para que todo no termine de morir… no representan en ningún caso la base para alumbrar un pasillo tan oscuro.
Queda entonces, como sucede en toda época de profunda crisis, la necesidad de “re-inventarnos”, es decir, la búsqueda de otras alternativas que nos permitan estar vigentes en la mente y en el gusto de los consumidores (público); entender que de no renovarnos vamos camino al exterminio y este exterminio viene referido al olvido de las personas, al lejano recuerdo de que alguna vez existimos como banda y a la triste letanía que quienes nos escucharan en su cada vez menos frecuentes reuniones de borrachera. Se nos hace urgente tomar control de la crisis, de la gravedad de la misma, de luchar por darle forma a distintas alternativas que nos saquen del estado vegetal en donde muchos están. No es viable tirarse a la muerte por abandono y mucho menos menos por depresión. La oscuridad debe al contrario motivarnos y demostrar al país y al mundo, que estamos lejos de desaparecer.
Como bandas debemos optimizar la publicidad y el uso de las redes sociales. Las bandas están formadas por músicos y no por publicistas, expertos en mercadeo o community managers; sin embargo, esto no es excusa. No podemos mostrar lo que no sabemos mostrar, lo que mal se vende o se vende de forma tergiversada, trae efectos totalmente contrarios y entendamos que ya pasaron los tiempos en que se decía “publicidad es publicidad así sea mala propaganda”!!!. Me disculpan, esto ya no aplica; el mundo ha cambiado y quien no haga uso efectivo de la tecnología, está destinado al fracaso, a que nadie se detenga siquiera unos segundos a escuchar o ver lo que estamos haciendo… hay profesionales en este campo, seguramente tenemos conocidos que manejan esta reciente y novedosa profesión de manejo de medios y redes sociales y esto es “imprescindible” para mantenernos. Hay que generar información y saberla comunicar, saber a quién se le dirige esta información y medir su impacto y llegada. Busquemos ayuda en este aspecto para empezar a estar presentes en el cyber-espacio, porque ya sabemos el poco espacio físico que nos queda en Venezuela.
Merchandising (mercancía), importante tener algo que vender que nos recuerde que existimos, que estamos vigentes, que estamos trabajando, que solo esperamos que mejoren las condiciones para nuevamente estar en el ruedo y vernos las caras sobre una tarima. Esto conlleva una inversión monetaria, y por lo general en épocas de crisis nadie invierte, pero al contrario de lo que parezca, acá el invertir si traerá resultados favorables, hará nuestra presencia constante y eso es vital también para mantenernos con vida. La mercancía, sea en franelas, chapas, gorras, parches, etcétera es un recordatorio constante al público, tiende a su vez a hacerse reliquia con el tiempo y tiende a crear un vínculo directo y emotivo hacia la banda. Segundo aspecto a tener en cuenta.
Finalmente, no paremos de hacer música. El objetivo y propósito de toda agrupación musical es hacer y distribuir música, entonces claro está, no podemos dejar de hacer la función para lo que creamos una banda. Acá nuevamente insistimos en la palabra Tecnología, optimizar recursos y costos para seguir componiendo, grabando y emitiendo música. Esta es y será la mayor evidencia de nuestra existencia, que ya no somos cadáveres, que pese a cambios, infortunios y demás circunstancias negativas hemos decidido seguir adelante, apostando, dejando el pellejo por lo que creemos. No nos vamos a dejar vencer por los hechos ni por la crisis ni por la mediocridad ni por los políticos y por la economía de mierda. Más que nunca los temas sociales están a flor de piel, momento ideal para ser realmente contestatarios y levantar nuestra voz en algo de verdad y no orientados o llevados como ganados por mesías musicales de turno que ya sabemos en que terminan.
A trabajar, no queda otra alternativa. Los músicos venezolanos ya residenciados en el extranjero ya dan fuertes pasos en establecer sus bandas en otras latitudes y para ellos la mejor de las suertes y éxito. Ojalá el país a corto plazo pueda brindarles la oportunidad de nuevamente venir a engrosar las filas de las bandas que habitan nuestro suelo y fortalecer de nuevo la escena local. Esta siempre será una posibilidad pese a lo negro que pueda verse el cielo en este momento. El venezolano, donde quiera que este, siempre será venezolano y nuestra música se lleva en las venas, por más influencia del entorno que tengamos fuera de nuestras fronteras son pocos los músicos que pierden su esencia vital producto de todo lo que significa Venezuela. Este es realmente el nacionalismo a llevarnos a cualquier lugar del mundo a donde habitemos, el país es representado por cada uno de nosotros en buen o mal sentido con nuestras palabras y con nuestras acciones, y en el caso de las bandas de rock y de metal, esto sólo se traduce a través de nuestra música… sigamos hacia adelante.
Fuente: Melomaniac Venezuela
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